Mi definición de Amor: estado transitorio por el que una persona
pasa inevitablemente varias veces en la vida. (O solamente una
dependiendo del sujeto en cuestión). Tal estado de enamoramiento
llega a negar las capacidades cognoscitivas de la persona dejándola
indefensa ante el mundo. Este estado es fácilmente identificable debido al número alarmante de suspiros por minuto que puede llegar a hacer
el afectado.
Cómo reconocerlo: el amor suele llamar a la puerta de uno
y se suele pagar a contra reembolso o con tarjeta de crédito
del corte inglés (por el día de los enamorados, ya saben).
Extras incluidos en el pack: un par de tarros de cristal para
guardar las neuronas sanas (las que todavía no han sido contagiadas
por el virus) + una venda extra grande para los ojos + toda la discografía
de Luis Miguel.
Bueno...me llamo Itziar, vine al mundo hace dieciocho años y no me gusta el amor. Odio los culebrones cutres de antena tres y TVE pero no le hago ascos a una buena (o mala) película o libro de amor en la que haya un final feliz. No quiero tener a un caballero esperándome en su caballo blanco ni tener que besar ranas que se conviertan en apuestos príncipes que me prometan amor eterno. No quiero tener que darle la mano a ese señor que llaman amor ni besar el suelo por el que pisa ni hacerle la pelota para que llame a mi puerta. Ya me cansé de príncipes de pega, de ranas que aunque se vistan de príncipes ranas se quedan, pero sobretodo ya me cansé de ti. Prefiero mil veces una amistad en la que haya cariño, afecto, incluso hasta un grado lógico de dependencia, a un amor que te atonte las neuronas y te bloquee los cincos sentidos y te convierta en un vegetal profundo.
Hace tiempo que dejé de soñar para poner los pies en la tierra (aunque debo confesar que nunca podré dejar de soñar dada mi naturaleza fantasiosa y fastidiosa, porque esto de soñar hasta cuando se está con los ojos abiertos es, hablando rápido y mal, jodido),ya es hora de empezar a caminar esquivando piedras. Unos tacharían de imposible mi labor, esquivar piedras… ni hasta el hombre más hábil puede evitar encontrarse con la horma de su zapato, ni tan siquiera podría evitar que durante el camino le entrasen en su zapato minúsculas piedras que dificultasen su tarea de caminar. Pero… ¿yo? yo no soy un hombre…
Pd: en realidad no odio el amor en sí…ni estoy en contra del amor ni nada parecido. Simplemente detesto los efectos secundarios…
Como mujer, a parte de sentirme mas fina y segura al ponerme las compresas de Ausonia y de ser infinitamente más feliz con las de evax y poder dar saltos mortales con un tampax, me gustan las cosas “pastelosas” (pero sin pasarse).
Pd2: y la canción, que no viene a cuento, simplemente es porque no puedo dejar de escucharla.
pasa inevitablemente varias veces en la vida. (O solamente una
dependiendo del sujeto en cuestión). Tal estado de enamoramiento
llega a negar las capacidades cognoscitivas de la persona dejándola
indefensa ante el mundo. Este estado es fácilmente identificable debido al número alarmante de suspiros por minuto que puede llegar a hacer
el afectado.
Cómo reconocerlo: el amor suele llamar a la puerta de uno
y se suele pagar a contra reembolso o con tarjeta de crédito
del corte inglés (por el día de los enamorados, ya saben).
Extras incluidos en el pack: un par de tarros de cristal para
guardar las neuronas sanas (las que todavía no han sido contagiadas
por el virus) + una venda extra grande para los ojos + toda la discografía
de Luis Miguel.
Bueno...me llamo Itziar, vine al mundo hace dieciocho años y no me gusta el amor. Odio los culebrones cutres de antena tres y TVE pero no le hago ascos a una buena (o mala) película o libro de amor en la que haya un final feliz. No quiero tener a un caballero esperándome en su caballo blanco ni tener que besar ranas que se conviertan en apuestos príncipes que me prometan amor eterno. No quiero tener que darle la mano a ese señor que llaman amor ni besar el suelo por el que pisa ni hacerle la pelota para que llame a mi puerta. Ya me cansé de príncipes de pega, de ranas que aunque se vistan de príncipes ranas se quedan, pero sobretodo ya me cansé de ti. Prefiero mil veces una amistad en la que haya cariño, afecto, incluso hasta un grado lógico de dependencia, a un amor que te atonte las neuronas y te bloquee los cincos sentidos y te convierta en un vegetal profundo.
Hace tiempo que dejé de soñar para poner los pies en la tierra (aunque debo confesar que nunca podré dejar de soñar dada mi naturaleza fantasiosa y fastidiosa, porque esto de soñar hasta cuando se está con los ojos abiertos es, hablando rápido y mal, jodido),ya es hora de empezar a caminar esquivando piedras. Unos tacharían de imposible mi labor, esquivar piedras… ni hasta el hombre más hábil puede evitar encontrarse con la horma de su zapato, ni tan siquiera podría evitar que durante el camino le entrasen en su zapato minúsculas piedras que dificultasen su tarea de caminar. Pero… ¿yo? yo no soy un hombre…
Pd: en realidad no odio el amor en sí…ni estoy en contra del amor ni nada parecido. Simplemente detesto los efectos secundarios…
Como mujer, a parte de sentirme mas fina y segura al ponerme las compresas de Ausonia y de ser infinitamente más feliz con las de evax y poder dar saltos mortales con un tampax, me gustan las cosas “pastelosas” (pero sin pasarse).
Pd2: y la canción, que no viene a cuento, simplemente es porque no puedo dejar de escucharla.