CONFESIONES A MI ORDENADOR (Y A JOHNNY CASH)

Van a ser las dos menos cuarto de la madrugada y yo, que a estas horas suelo estar roncando hoy estoy frente a la pantalla del ordenador escuchando una canción de Johnny Cash y he descubierto una cosa, a Cash, se le escucha mejor en la oscuridad de una habitación que a la luz del día. Será el espíritu oscuro de Johnny el que hace que pinte mejor su música "folk-rock-country" sobre un fondo negro que sobre uno blanco…

Igual son paranoias de una mente que lleva muchas horas sin que le den tregua. De todas formas, Johnny, a ti se te puede escuchar a la hora que sea, en el momento que sea, porque tus letras dicen lo que dicen estén las estrellas fuera o esté el sol.

Porque él simplemente fue un hombre, que aunque siempre estuvo a las sombras de las drogas y el alcohol, siempre supo escribir cosas sorprendentemente geniales. Claro, hay que tener una cosa en cuenta, los genios por regla general suelen escribir genialidades.

Y tú Johnny, quizás no fuiste todo un ejemplo a seguir en muchos aspectos de tu vida. Eras todo un rebelde, pero con causa. Las causas a ti nunca te faltaron, y eso es precisamente lo que admiro de ti entre otras muchas cosas.

¿Cómo no se puede admirar a un tío que con sus dos buenos coj… se planta en una cárcel a dar un concierto, cantando canciones sobe drogas, alcohol y cárceles mugrientas a punto de provocar un amotinamiento en toda regla?

Johnny, hay mucha gente, demasiada quizás, que me replica “¿pero como una persona es capaz de cantarle a un violador, a un asesino?” a lo que yo contesto: entre esos hombres es posible que hubiera muchos hijos de p… no lo niego ¿pero y los que no lo eran? ¿Y los que eran inocentes? ¿Y los que entraron allí solo por robar un par de dólares al vecino rico del barrio?

Lo siento, mi reproductor de música lleva mas de cinco minutos con Alicia Keys, el espíritu Cash se va alejando lentamente de mí, y el sueño por fin hace acto de presencia en esta noche algo atípica. Johnny, prometo seguir otro día con mis confidencias […]