AÑO NUEVO ¿VIDA NUEVA?

Año tras año suele seguirse una tradición, que mas que una tradición es ya casi un ritual en toda regla… Las fechas navideñas despiertan en nosotros otro yo, un yo que solo abre los ojos cuando vemos que por la calle ya están las luces navideñas gastando energía innecesariamente. Un yo que solo despierta cuando vemos anuncios de turrones por la tele…
Ese nuevo yo lucha a muerte con nuestro yo anterior y lo derrota, pero se apiada de él y no lo mata por completo, digamos que lo sume en un profundo sueño del que solo despierta cuando se acaban los dias de vacaciones navideñas.

El yo nuevo nos convierte en otras personas, fisicamente seguimos siendo nosotros, pero interiormente…ya no lo somos tanto como antes de la gran lucha de yoes.
Ahora nos preocupamos el doble por el prójimo, pensamos mas en aquellas personas que faltan, que nunca mas vamos a volver a ver, ni tocar, ni oir hablar. Ahora nos invade, a parte de un impulso de consumir (y no solo hago referencia a la comida), un impulso de ser mejores, de mejorar nuestras vidas y la de los demás. Con la llegada de un nuevo año se intentan alejar los fantasmas del pasado no tan pasado, se intentan cambiar los malos hábitos, las malas formas, intentamos cambiar ese yo que insconcientemente ha sido derrotado por nuestro verdadero yo.

Dicen que año nuevo…vida nueva…
Yo prefiero aplicar la regla de: día nuevo…vida nueva.
¿No es mejor ir cambiando poco a poco, día a día, que no de golpe y porrazo de un día para otro? Es preferible un proceso lento y doloroso (o placentero) que un proceso rapido y no acabado… que es lo que suele ocurrir en la mayoría de propósitos a cumplir con el cambio de año.